13 may 2012

La historia de amor entre Sid Vicious y Nancy Spungen merece un capítulo aparte en la historia del rock en general y del punk en particular. Y eso que ni siquiera duró un año; la relación sólo fueron once meses, ¡pero qué once meses!


Se conocieron en noviembre de 1977. Por entonces, Sid era ya era el polémico bajista de los no menos polémicos Sex Pistols (había sustituido en la banda a Glen Matlock, que echaron del grupo porque le gustaban demasiado los Beatles). En su historial se recuerdan “divertidas” anécdotas; como el día en que Vicious golpeó en la cabeza con el bajo a un espectador de la primera fila que había sacado una navaja. Eso entre otras más desagradables lindezas.


Ella provenía de una buena familia de Estados Unidos. Nancy era una groupie (persona que dedica su vida a perseguir a estrellas del rock para formar parte de su círculo, la mayoría de las veces con intereses sexuales), también ejerció la prostitución y entre sus aficiones estaba la droga (aunque Sid ya estaba familiarizado con los estupefacientes, ella pudo inducirle al consumo de heroína). Sid y Nancy estaban hechos el uno para el otro. El bajista se enganchó tanto de su compañera como de la heroína.Si los Beatles tuvieron a Yoko Ono como una de las posibles razones de su disolución, Nancy Spungen fue la Yoko Ono particular de los Sex Pistols. Pero la banda no fue lo único que perdió Sid Vicious, la propia Nancy también desapareció rápidamente de la vida del bajista.


El 12 de octubre de 1978, el cadáver de Nancy amaneció en el baño de la habitación número 100 del hotel neoyorkino Chelsea. Spungen apareció apuñalada es está habitación, habitación que con el tiempo tuvo que ser demolida ya que se convirtió en un santuario de mitómanos. ¿Quién fue el principal sospechoso del crimen? Por supuesto, Sid Vicious, que se encontraba en el baño aturdido y semiinconsciente. El bajista alegó que ya estaba muerta cuando volvió al hotel para buscar un frasco de metadona para desengancharse de su adicción. Pero ese argumento no sirvió y Vicious fue encarcelado hasta que la compañía Virgin pagó la fianza.


 El misterio sobre la muerte de Nancy no quedó del todo resuelto.El músico volvió a la calle, pero quería reencontrarse con su amor y diez días después de su puesta en libertad trató de suicidarse cortándose las venas; inmediatamente fue internado en un hospital psiquiátrico. 
El 2 de febrero, finalmente se salió con la suya; el incombustible Sid falleció a los 21 años como consecuencia de una sobredosis de heroína que su madre, Beverley, una hippie cuarentona, le había comprado. Junto al cadáver de Sid, se encontraba un poema dedicado a su querida Nancy. ¿Fue un suicidio? ¿Fue un accidente? El lema del punk, “No future”, se había cumplido. Vicious siguió la norma para convertirse en un mito como otros lo hicieron antes que él: “Vive rápido y muere joven”. 


De esta manera, Sid dejó otro bonito cadáver en el cementerio del rock.La historia podría acabar aquí; pero no es así. El cadáver del controvertido Vicious no descansa exactamente en un cementerio. Su madre llamó por teléfono a la madre de Nancy para enterrar al bajista junto a su eterna compañera; sin embargo, ésta se negó. Entonces Beverley tomó su propia decisión, se dirigió hacia el cementerio de Philadelphia donde estaba enterrada Spungen, saltó la verja y dejó caer las cenizas sobre la tumba de Nancy para que así la pareja permaneciera junta durante toda la eternidad. 


Un acto muy romántico, ¿eh?Una historia tan trágica como ésta no podría terminar con un final tan apasionado. Para el manager de los Sex Pistols, Malcom McLaren, el desenlace resulta completamente diferente: la madre (esta mujer era para darle de comer aparte) estaba tan borracha que dejó caer la urna donde estaban depositadas las cenizas de su hijo nada más y nada menos que en el aeropuerto; concretamente en la Terminal 1 del aeropuerto de Heathrow de Londres. De aquí surge la leyenda de que el fantasma de Sid Vicious se encuentra vagando por los conductos del aire acondicionado de este aeropuerto.Así que si alguna vez tenéis que coger un avión en la Terminal 1 de Heathrow, guardad el polvo en un frasco y después viajad hasta la tumba de Spungen para que por fin los amantes se puedan reencontrar a su manera.


Hay amores que matan y hay amores que se los lleva el viento. Éste es de los dos. 



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